jueves, 19 de marzo de 2015

Niño y trompo de Carmen Camacho

NIÑO Y TROMPO

Cada vez que lo lanza
cae, justo
en el centro del mundo.
Octavio Paz

El domador de caracoles de Rafael Pérez Estrada cuenta sin descanso las cabezas del rebaño que guarda entre la yedra. La templadora de cencerros esta noche encontrará de un golpe certero la más bella onda de entre los ultrasonidos. El ganadero de pelo ensortijado aspira a conseguir la raza de mariposas de Gerión, de alas helicoidales y colosales ojos verdes. La caracola está harta de que se le meta en casa el ruido del mar. El prestigioso arquitecto exhibe sobre su chimenea el fósil de un lirio de agua. La vieja trenzadora de cadenas de ADN acaba de tener un sueño raro. El camaleón detiene con su cola el curso del río. Yo tengo en el cuello un antojo caleidoscópico. Copulo sola.
Usted, sí usted, que ha visto en la tele ese documental sobre la forma de las galaxias y oyó hablar de la danza del derviche; usted, que guarda en el sótano los planos de la azotea, que en algún lugar olvidado tendrá la peonza y el cordoncillo; usted, que conoce la distancia más hermosa entre dos puntos, que sabe de nuestra sed,
        por favor, haga algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario